lunes, 18 de abril de 2011

Libertad y Soledad. El surrealismo

Tengo cierta fascinacion por escribir prosa autodestructiva y subrealista. Por escribir versos que hablen de cosas sombrias, oscuras a la vez imaginarias, magicas, extrañas.
No se porque sera, porque no es absolutamente mio. Quiero decir, no soy una persona negativa ni mucho menos, tampoco gozo de una super imaginacion como tenia Dali o Borges.
Pero cuando me agarra, chau. Salen cosas como la que voy a compartir a continuacion.
Lo bueno de escribir lo primero que se te cruza por la cabeza. De escribir como si alguna fuerza superior te fuese dictando lo que estas diciendo, es que despues puede analizarse que es lo que nos pasaba por la cabeza en ese momento.
Es por eso que, conociendo la serie de cosas que suelen salir de la cabeza de este zorro de ciudad, nunca reviso ni corrijo las cosas que escribo asi, digamoslo, sin pensar demasiado, para poder luego juzgar con objetividad que es lo que queria decir.
Espero les agrade o al menos les sorprenda.

Soy un hombre enfermo. Enfermo de mi. Padezco ese mal que algunos llaman tristeza, otros soledad, unos pocos melancolia. Ayer estuve solo, hoy quiza, mañana seguramente.
Todo tiene un comienzo, lo recuerdo bien. Era de noche y las pupilas dilatadas de mi gente, preanunciaban algo. Pestañamos rapido, soplamos con fiereza. Dejamos salir al ardiente dragon lejos de nosotros, lejos del mundo, en la hiperirrealidad que nos adornaba.
Todo desaparecio, el mundo se abrio en dos e iluminose el cielo con la luz que salio de mi costado. Marche preso de mis palabras hacia otro puerto. Estaba solo, otra vez, solo en la ciudad
Prive mi cuerpo de energias terrenales. Prive mi mente de esquemas y casilleros.
Prive mi alma de moral, buen gusto y arte. Prive mi escencia de amuletos y conceptos de lo que esta bien y lo que esta mal.
Parti montado en el dragon, hacia un sistema distinto. Una brisa de ilusion me acaricio. Y senti la seguridad que nunca habia tenido.
La libertad, alada o abrazada a un grillete, es igual de peligrosa. Igual de rencorosa. Igual de perversa.
Nunca supe bien para donde estaba escapando ni de que. Solo huia, rapidamente.
Iluminando cuanto se avalanzaba sobre mi, con esa maldita luz intermitente.
Era el vacio total, la nada misma, todo a mi alrededor.
Como huir de todo en medio de la nada? Como escapar cuando no hay distancias, ni calles, ni extremos, ni referencias? Como hacer algo, cuando se ha hecho todo, como hacer nada, cuando la nada es lo unico que tenemos?
Mordi mis labios, chasquie mi lengua, me rasque el oido izquierdo y medite.
No estoy hecho para la libertad absoluta. Evidentemente no esta a mi medida.
Abri los ojos, me esfroce fuertemente para volver a mi sitio.
Y ahi estaba, solo, en la ciudad. Con sus miles de esquemas, sus miles de conceptos, sus miles de escencias, sus miles de personas y Yo. Solo, exhausto y deprimido.
Desde entonces nunca se si me rodea el todo o la nada. Si el medio vaso esta lleno o vacio. Si estoy realmente solo, o estoy ahogado de estar rodeado del mas absoluto y sombrio silencio.

Se me plantean algunas reflexiones.
Cuanto peligro encontramos en la libertad?
Tememos a la soledad o disfrutamos de su compañia?
Somos capaces (sin ayuda de nadie) de saber cuando estamos denasiado libres, demasiado solos?

Los dejo pensando...

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