viernes, 16 de octubre de 2015

No se si es Baires o Madrid.

Voy manejando, perdido en alguna esquina de Morón, yendo de una obra a la otra. Siempre apurado, siempre a las corridas, asi es mi trabajo. Correr de un barrio a otro para resolver, escuchar, hablar, pedir, informar. La radio que siempre escucho está pasando una tanda comercial y el zapping Am que intento no me da nada interesante. Lanata en un dial, Rial en otro, no me entusiasma nada de lo que están hablando.

Paso a la Fm, en una radio me pasan un tema de Enrique Iglesias... -¿Enrique Iglesias? - pienso y casi que me ofendo con todos aquellos que pueden tolerar escuchar un tema completo. Otra Fm está pasando un aviso político. Una tercera radio pasa un comercial de colchones, una cuarta una canción en inglés que no conozco y en la última radio de las memorias que tiene el auto están hablando dos tipos sobre un Twit de Agustina Kampfer. Volver a intentar el zapping es una tentación, un deber, aunque sé perfectamente que no voy a encontrar algo interesante.

Nadie me corre ni me apura. Yo sólo me corro y me apuro. Me genero los problemas que padezco, me pongo metas que no puedo cumplir. El semáforo recién se puso en rojo, una pareja de viejitos cruzan la calle Mitre a la altura de Abel Costa. Me gusta Morón -me consuelo- o al menos me empieza a gustar más que cuando empecé a trabajar de esto. Tiene una rara mezcla de ciudad céntrica con barrio periférico. Las panaderías abundan, la gente sale de los locales con facturas, hay cientos de comercios diminutos.

Un nuevo semáforo. Cruzan dos o tres obreros con un caño de PVC gigante y ya no bacilo, no pienso en volver a hacer zapping y pongo un disco de Serrat y Sabina. "Dos pájaros de un tiro", en vivo. Voy directamente a la canción que quiero escuchar. Es un enganchadito que arranca con "Aquellas pequeñas cosas" y sigue a modo de rumba con "Ruido" y "El muerto vivo". Empieza la rumba, el flamenco, no se que ritmo musical es pero me gusta. Me pongo a hacer palmas en el auto y subo el volumen. El tipo del auto de al lado me mira absorto. No entiende. Él está escuchando a Gonzalez Oro y no sabe lo que se pierde.

Ella le pidió, que la llevara al fin del mundo. El puso a su nombre todas las olas del mar. Se miraron un segundo, como dos desconocidos. Todas las ciudades eran pocas a sus ojos. Ella quiso barcos y el no supo que pescar.

El semáforo se pone verde otra vez y yo estoy perdido en una callejuela de Tirso de Molina. Y veo al florista y al marroquí que vende películas. Y la gente toma un chocolate con churros en un bar. Y de una taberna hermosa, familiar, diminuta, salen oficinistas que se tomaron unas cañas. En una de las mesas que están en la vereda hay dos tipos comiendo un bocadillo, tomando una Estrella de Galicia.
Sobre la mesa duermen los restos de un plato de berberechos con salsa. Paso por una plaza y dos viejitos de esos que tienen una sola ceja continua están jugando al tute o a la brisca. Sigo calle arriba, como subiendo hacia el Palacio Real. Doy la vuelta en la Gran Vía y de lejos veo la estación Callao y el Corte Inglés. Hay un cien montaditos cerca y se huele la fritanga de las rabas y las papas. Me pasa por la derecha un bus turístico que hace viajes a Segovia. Al llegar al semáforo veo el chiringuito que vende bufandas del Madrid y algunas del Aleti,

Las grandes tiendas me deslumbran, me distraen, tanto que casi choco con un Seat Ibiza que frenó delante mío. -Subnormal!- me grita uno que pasa por la vereda. La gente cruza la avenida con bolsas de Zara. ¿Será día de compras? Hay un aire calmo, como si el stress del mundo hubiera desaparecido. Dos o tres gitanas le adivinan la suerte a unos chinos que le sacan fotos a todo lo que ven.

 Los bares están llenos. Hasta los topes. ¿Nadie está trabajando?¿Será el mediodía? Miro el reloj del auto y hago la cuenta automática; en Madrid ya es casi la hora de almorzar. Aparco el carro y bajo contento a meterme en un bar. No hay mesa y el camarero me ofrece una cañita para esperar con unos pinchos de tortilla de patatas. -Especialidad de la casa- me dice. No hay apuro. Nadie se apura. A nadie le importa un carajo el reloj. Apuro la caña cuando me avisan que ya tengo donde sentarme.

Reviso la carta minuciosamente y encuentro una tapa que tiene una pinta bárbara. - Que ganas de unas gambas- pienso y ordeno. -¿Y para beber? - me preguntan, como si no supieran que quiero otra cañita.

En la tele del bar está puesto un programa del corazón. Están hablando de historias de amores entre un torero y una cantante, no le doy demasiada importancia. Tomo el Marca de la mesa de al lado y me maravillo con el Hat-Trick de Messi. Una nota bastante extensa sobre el triunfo del Madrid, y los extractos de una conferencia de prensa.

Tiro unas monedas antes de irme . -¿Cuando fue la última vez que pagué una comida con monedas?-
Una propina, apuro la caña de un sorbo y otra vez al auto, a seguir recorriendo, a seguir disfrutando.
 -Que ciudad maravillosa- pienso mientras doy la vuelta a la Cibeles y encaro para el Retiro. Hay muchos turistas. Muchisimos. Se agolpan en los museos, en los bares, en los mercados. Todos se sacan fotos con la Cibeles, con la Puerta de Alcalá, con las estatuas vivientes de las plazas. Manejar a esta altura se hace como un acto reflejo, la atención se concentra en la calle. Los edificios antiguos, los frizos, las molduras, las cornizas, las estatuas, la gente.

Los cartelitos del metro me generan algo especial. Amo el metro de Madrid y no se por que. Amo esta ciudad. Que dichoso soy de poder vivir aca, trabajar acá, comer acá. Sentirme parte aunque sepa que soy ajeno. Saber que el Mercado de San Miguel me espera a unas cuadritas de casa cuando regrese del curro. Tener la certeza que hoy a la noche voy por un plato de Pulpo o algo de Bacalao con su buen vaso de sangría.

Al fondo de la avenida que roza el Reina Sofia veo Atocha y pienso en las ganas que tengo de tomarme un tren a Barcelona y caminar por la rambla. Que ganas de comer algo mirando el mediterráneo.Que ganas de visitar otra vez la Plaza Catalunya y ver como el catalán se te pega en la lengua como se nos pega el portugués cuando visitamos Florianópolis y hago palmas dentro del auto y canto a los gritos, por que la música me invade y me llena de sensaciones y Madrid está hermosa. Está entrando el otoño y dicen los saben que es la mejor estación de todas.

Entonces salta el CD y la pista se queda clavada repitiendo "No estaba muer... No estaba muer... No estaba muer..." y vuelvo a girar en García Silva, paso por otra panadería y hay unos pibes en la plaza. Uno tiene la camiseta de Morón y pienso que hoy debe jugar el gallito.- Me tengo que apurar- pienso al darme cuenta que me pasé dos cuadras y me están esperando los cementistas para preguntarme que cantidad de hierro le vamos a poner a la losa.
Vuelvo a la radio, otra vez, para escuchar una entrevista con uno de los candidatos a presidente, y pienso que tendría que viajar más seguido. La música me transporta y no soy el único. La música me permite vivir en Madrid, con lo que me gusta, y trabajar en el conurbano. No sé si es Baires o Madrid. No sé si quiero vivir allá o vivir acá. De algo estoy seguro, puedo viajar donde quiera mientras siga teniendo Cds en la guantera.



martes, 15 de septiembre de 2015

País berreta, política berreta.

Estoy exhausto de las elecciones que aún no vinieron. Supe ser paciente, escuchar argumentos, poner en la balanza de un lado la moralidad y del otro el pragmatismo. Intenté armarme de argumentos para justificar mis elecciones. Intenté redefinir mis propias convicciones. Puse la república por encima de la discusión ideológica berreta. Puse el pragmatismo político económico por delante del pragmatismo formal. Me di nauseas a mi mismo por intentarme convencer de lo que no estaba del todo seguro. Me cansé. Me cansaron. Ahora no solo pienso que son todos iguales. Todos. Si no que también pienso que hay mucho más en común entre ellos que entre alguno de ellos y yo. Algunos son un poco más sensibles a las necesidades populares - un poco quizá sea una exageración- , otros son ligeramente más institucionalistas - aunque todos levantan la bandera del liderazgo salvador, el patriarcado todopoderoso- , otros son algo más republicanos  -y revindican con exquisita pulcritud los alcances del estado-, otros son sencillamente más carismáticos. Estadistas, ninguno.

Me volví demasiado escéptico. Al extremo. Me cansaron los males menores, la continuidad por la continuidad misma y el cambio por el cambio mismo. "Sabemos que nos queda mucho por hacer"me dicen enfrascados en un traje de 4000 dólares mientras se reclinan en un estudio de televisión, como si el tiempo transcurrido no hubiese sido más que suficiente. "Ellos son peores" me escupen desde un atril, hiriendo mi honestidad intelectual y mi independencia de elección. "Vamos a hacer lo mismo pero bien" proponen sin proponer y se escudan con banderas falsas que no defienden ni critican.  "Patria o Buitres" me gritan, como si la línea moral del universo pasara por una definición judicial, como si ellos fueran la patria y los que no estamos con ellos fuéramos la escoria que despluma las perspectivas de país que todos tenemos.

Ellos me causan repugnancia. Ellos. La gente que los sigue no. La gente que los sigue me da pena. Una extraña sensación de pena por el conformismo o pena por la falsa rebeldía. Me causa pena la capacidad de repetir mentiras y la capacidad de criticar sin argumentos. Me causa pena que un millar de sufridos sostengan, caminen, militen, mantengan un sistema manejado por tipos que se enriquecen con la política. Me da mucha pena la falta de vuelo, la confianza en el patriarcado inviolable, nocivo, inimputable e inalterable. Me da pena la figura de seguidor, me parece absurdamente inocente.¿En que se convirtieron los partidos dominantes? En cajas registradoras. Máquinas de recaudar, innovadoras formas de lucrar con el estado.En grandísimos outlets manejado por cajeros esclavizados.

Y en algún otro rincón , en alguna fotocopiadora de un centro de estudiantes, en algún local usurpado de la ciudad; repletos de manifiestos, papers inconclusos y discusiones sobre cuestiones de forma están aquellos con los que debería empatizar, pero que en cada vocablo retroceden la historia 30 años y vuelven a proponer sistemas y teorías ridículas. Aquellos de aparente vuelo intelectual, que se carajean entre si por definir el grado de curvatura de una esfera. Los que por la delgada línea que separa una idea de otra son capaces de romper todo lo construido. ¿En que se convirtió la izquierda argentina? En la fotocopiadora de un centro de estudiantes que imprime hasta el hartazgo panfletos que proponen soluciones sin sustancia, armas sin balas, sopas sin sabor. En madejas de intelectualoides pesimistas que no se ponen de acuerdo en una definición de forma que justifique el fondo común.

La militancia tiene esa arista que no entiendo. Yo primero soy lo que pienso, lo que defiendo, y luego está - o estaría- aquel proyecto político que más se acerque a mi. No debería ser al reves. Me molestaría que así fuera. Soy lo bastante independiente y maduro como para creer, pensar y sentir por mi mismo. No comprendo esa idea de defender todo, lo que sea, solo porque lo dice La Jefa, El Jefe, tal o cual periodista. Creo que esa lógica conspira contra la idea de la participación política. Más aún si hablamos de partidos fuertes y dominantes donde la discusión de bases es un chiste de mal gusto.

No entiendo como se logra justificar todo. No existe - no le den más vueltas- excusas para sostener un desnutrido en un país como el nuestro. No se puede -no hieran mi capacidad de googlear- justificativo para mantener las cifras truchas de pobreza, inflación. No está bien -nada lo justifica- que la afamada "ley de leyes" se arme con premisas falsas. No me quieran explicar nada, no existe. No está bien y punto y ya no es algo simplemente de forma, es algo de fondo. Es una matriz de poder. El abuso de los recursos del estado no puede justificarse por oposición a un supuesto poder real o a un cuco invisible que viene a destrozar nuestros valores democráticos.

Tampoco entiendo aquellos que mastican la mierda y me describen lo sabrosa que está. No toda obra es buena, no toda obra está bien hecha, no todo lo que se gasta está bien gastado, y por otro lado, no es la guita de ellos la que ponen en riesgo como si jugaran un pleno, es la nuestra. Una aspirina calma un dolor de cabeza, pero no te cura una apendicitis, el Metrobus soluciona el tránsito de una arteria, no puede ser una solución común a toda la ciudad. Es un ejemplo bastante pelotudo, lo se y me anticipo a sus criticas, y otro día voy a escribir sobre urbanismo y desarrollo y como el gobierno de la ciudad hizo todo lo posible para convertir nuestra ciudad en un parque de diversiones espantoso. Otro día será. El punto es lo dañino que es para nuestro intelecto la obra por la obra en si, el orgullo de hacer sin saber que, el mecanismo de propaganda con el que nos bombardean para contarnos terceras inauguraciones de obras que aún no están terminadas o para decirnos los minutos que vamos a ahorrarnos de viaje sin explicar siquiera que una matriz de impacto urbano maneja algunas - digamos que unas 200- variables más que el tiempo de viaje entre un punto y el otro.

Estoy cansado. Escribir esto me cansa. Soy repetitivo. Prometo que el próximo posteo va a ser más divertido, más interesante y menos tedioso, lo importante es haber vuelto.


martes, 30 de junio de 2015

Ansiedad

Soy ansioso. Muy ansioso. Creo que lo saben.

Lo que más me sorprende de esta.... cualidad... es que se me manifiesta en momentos bien diferentes.
No entiendo bien por que. Se que no soy el único y que en esta época de vidas apuradas y estrés es algo cada vez más común.

El tránsito me da ansiedad.
La barrita de Youtube me da ansiedad.
El internet me da ansiedad.
Los kiosqueros me dan ansiedad.... mucha ansiedad.

Me da ansiedad que me cuenten el vuelto.
Me da ansiedad la cola del supermercado.
Me dan ansiedad los taxistas que manejan despacio buscando pasajeros.
No poderme comunicar por teléfono me da ansiedad.

Te llamo 4, 5, 6, 7 veces, te dejo mensajes de voz, te mando whatsaps.
Me da ansiedad no poderme comunicar.
Me dan ansiedad las previas de los partidos.
Me da ansiedad que los juegos de PC tarden tanto en guardarse.

Los libros me dan ansiedad.
Las esperas me dan ansiedad.. todas ellas.
¿Ya dije que el tránsito me da ansiedad?.. mucha
Voy a mear y tengo ansiedad, apreto el botón antes de terminar.

Cocinar me da ansiedad, abro el horno y miro si ya esta listo varias veces.
Escribir me da ansiedad. Nunca pude terminar de escribir ni un cuento ni una novela
Ir al banco me da ansiedad... Las viejas me dan ansiedad.
Sobre todo las viejas que van a cobrar la jubilación o las que tardan una eternidad en el cajeron automático.

La imputualidad me da ansiedad... me pongo violento, iracible.

Todo me da ansiedad
Este posteo me da ansiedad.

Tanta ansiedad me da este posteo que voy a dejarlo sin terminar y a publicarlo sin revisar las faltas de ortografía.. tal vez algún día termine de escribirlo y le de algun fin, alguna conclusión o al menos explique los ejemplos anteriormente nombrados.

lunes, 15 de junio de 2015

9 de noviembre de 1989

Fue un 9 de noviembre.

El 9 de noviembre de 1989 .

Ese día caía el verdadero sostén de la cruzada ideológica mundial.

Caía el muro de Berlín y nada volvería a ser igual. Caía hacia el lado capitalista, empujado por quienes buscaban huir de la Alemania soviética.

Parece bastante torpe, pero una pared de 3,6 m de altura y 155km de extensión sostenía la frontera ideológica que dividía al mundo en dos partes, aunque algunos dicen que eran más de dos las divisiones.

Se terminó. Fue ahí. Punto. Tiene fecha, lápida y epitafio. "Aquí yace el comunismo, la URSS, las barbas de Marx y las ideologías"

Desde ese entonces no existe el capitalismo y el comunismo, la derecha y la izquierda.
Ganaron los aliados. Ganaron los Americanos.El mundo entero es capitalista.
Claro, hay matices, como todo. Pero el gen capitalista está en todos lados.

 Tenemos capitalismos duros, capitalismos socialdemocratas, capitalismos populistas, capitalismos pragmáticos y hasta tenemos pseudo comunismos, que son capitalismos burbuja. Tenemos capitalismos desarrollistas, capitalismos agro-exportadores, capitalismos basura, capitalismos liberales, neo liberales, populistas, ultra populistas, inclusivos, socio capitalismos, etc.

Yo creo que murió ese eje tal como se lo conocía y creo, perdón si ofendo, que quienes sostienen que no fue así en realidad están arrastrados por una lógica adolecente. Ya no existen políticas de izquierda y políticas de derecha. Confiar en una lógica de "Ellos y nosotros" "La derecha y La izquierda" es absurdo e inmaduro. El mundo gira en torno a los capitales. No existe duda de ello. Y no existe sistema por más populista que sea que tenga un verdadero y equitativo desarrollo de las clases populares y una concreta redistribución de riquezas.

En Cuba, en Estados Unidos, en Alemania, en Japón, en Argentina, en Corea del Norte, en Francia, en Venezuela, en China, en Dinamarca, en Egipto y en Rusia, los ricos son cada día más ricos y - en comparación - los pobres son cada día más pobres.

 La última lágrima comunista cayó hace poco tiempo, en el abrazo Obama - Castro. Cuba misma tiene clases sociales, división económica, desarrollo, subdesarrollo, pobreza y riqueza. Hay quienes acceden dentro de la Isla a prestaciones y servicios que no se encuentran en Miami y existen indigentes que la pasan peor que en las afueras de Ciudad Juarez. Misma lógica pasa en EEUU, tiene fallas en las libertades individuales que harían llorar a John Stuart Mill como una niña chiquita.

Bien ahora vamos al análisis duro y el hueso de la cuestión.

¿Por que abordo este tema en particular? Porque noto que las campañas electorales se central básicamente en un componente ideológico y estoy convencido que la democracia del futuro se centrará más en las ideas que en los ideales. Quien tenga mejores ideas podrá gobernar mejor.

Las ideologías - hoy por hoy- solo sirven para esloganes de campaña y convencer a los convencibles que si gana mi oponente te van a dejar sin laburo o van a cerrar el Hospital del barrio o van privatizar el aire o van a liberar 300 mil presos o a subirte 20 veces los impuestos o a expropiarte la casa que tenes en la costa o a aceptar jurídicamente el asalto a mano armada siempre y cuando el asaltado sea rico.

Es basura. Esa es la realidad. Todo es basura. Los rumores que se corren en los barrios son basura. Las amenazas que sueltan entre los empleados públicos - nacionales, provinciales, municipales- es basura. Las campañas sucias son basura. Todo es basura.

 El problema es que, si ellos utilizan esa lógica de campaña es básicamente porque nosotros la compramos, la adoptamos, la elegimos. Somos nosotros los responsables, aunque en el fondo sepamos que los responsables son ellos por volvernos cada día más estúpidos y convencibles.

Quizá el bienestar o malestar futuro que podamos tener tendrá sus bases en la ideología de quien nos gobierne, quizá, aunque me parece más sensato pensar que se fundará en el modelo productivo y la asignación de recursos y eso - mal que nos pese- no tiene que ver con la ideología que tenga quien nos gobierne.

La matriz productiva Chilena fue la misma durante los gobiernos de Bachellet y Piñera. La Matriz productiva Española es la misma ahora con Rajoy que antes con Zapatero. Pueden variar las asignaciones presupuestarias -cierto, punto para el capricho ideologísta- pero también depende de la cantidad de recursos que se posean para poder asignarlos y distribuirlos.
Con la soja a U$d 600 la tonelada cualquier plan de contención es viable, si la soja cae a los valores que tenía en el 2001 todos se transforman en inviables. Simple, concreto.

Los que viven bien van a vivir bien gane quien gane y los que viven mal van a vivir mal gane quien gane. La famosa movilidad social depende más de una virtud individual que de un colectivo político.Lo lamento en el alma, les pido mildis, pero es lo que siento.

Después vendrán los matices que son los que finalmente nos terminarán inclinando a optar por uno u otro candidato. Hay candidatos más confrontativos, otros más conciliadores, otros más patriarcales - o matriarcales - y otros más institucionalistas. Eso cambia las formas pero de ningún modo cambia el fondo de la cuestión. Y en nuestro caso particular, mucho menos.

No encuentro demasiadas diferencias de fondo entre los tres candidatos presidenciales que tenemos. Me parecen los tres igualmente inútiles, igualmente nocivos. Son tres candidatos del capitalismo. Todos lo son, hasta el pobre Altamira lo es aunque no se de cuenta. Son candidatos de tal o cual capital porque es el capital el que mantiene la rueda girando, es el combustible que alimenta las naciones hoy en día.

¿Quien financia las campañas? ¿Que poder económico pierde con los candidatos que tenemos? ¿Que poder económico perdió durante el Kirchnerismo?. Ganaron todos. Ganaron las financieras, ganaron las mineras, ganaron los medios, ganaron los terratenientes, ganaron los importadores, ganaron las automotrices.. perdió el asalariado, perdió el jubilado. Como siempre. Como en todos lados.

Con la inflación ganan los dueños de los medios de producción, con la recesión ganan los dueños de la guita. La gente no tiene ninguna de las dos cosas.

Queda poco para las elecciones. Muy poco. Y creo que con las opciones que nos presentan perdemos todos.

Ojalá me equivoque.

martes, 17 de marzo de 2015

La máquina de poder

Llegan las elecciones, vuelan las propagandas y los panfletos... les vemos la cara a quienes nos la van a ver luego.

Siempre me pregunté que es lo que moviliza al hombre a hacer determinadas cosas.

¿Qué moviliza a un empresario multimillonario a introducirse dentro de la política?

Todos sabemos que más allá de que muchos son enviados del mismo Satán, los políticos no dejan de ser gente inteligente, con ideas, ideales e incluso sentimientos, aunque esto último esta por confirmarse. También sabemos, al menos a mi me consta, que tienen una vida extremadamente estresante, exigente, agotadora. Jornadas de 4 horas de sueño, peleas que te llevan la vida, meses que parecen décadas, trabajando en post de algo o alguien para que luego te insulten y no puedas caminar por la calle tranquilo.

Dista bastante del ideal del empresario acudiendo una vez cada dos meses a una junta de directorio para saber como avanzan las utilidades de su empresa y destinando el resto del tiempo a placeres exóticos, lujos indefinibles y travesías alrededor del mundo.

Ojo. No necesariamente son empresarios multimillonarios quienes ingresan en este mundo, pero la gran mayoría cumple con esa condición. Al menos la cumplen aquellos que aspiran con relativo éxito a ocupar cargos importantes en la escena pública nacional, provincial o municipal.
Los que no tienen empresas constructoras son dueños de casinos, o dueños de fastuosos hoteles, o dueños de inmensurables cantidades de tierra fértil, accionistas en grandes pooles de siembra, gerentes generales de bancos, cabezas visibles de prestigiosos estudios jurídicos, etc.
¿No me creen? Aprovechen las herramientas que Google nos da.

Es cierto, también están los que corren la maratónica carrera política desde las bases mismas del estado. Aquellos que viven de nosotros desde antes de que nosotros los conociéramos, pero a la larga o a la corta terminan arrollándolo todo en el sector privado, utilizando al público como celestino.

Todos, absolutamente todos, quieren llegar hasta ahí. Arriesgan su patrimonio, su familia, su prestigio, sus amistades... lo arriesgan todo para llegar a un lugar donde son más los sufrimientos que las alegrías. Parece un absurdo. Una lógica esquizoide y masoquista.. pero no.


Es el poder, estúpido.



Eso es el estado para ellos. Una máquina de poder.

¿Y que es el poder?
¿Para que lo quieren?

Uno se tienta con la idea de poder pero nunca accede a saber que es realmente eso. Nunca accedemos porque somos personas de a pie, que nos duele la vida y la misma nos cuesta. Que dejamos nuestros mejores años para crecer y algunos ni siquiera eso, dejan sus mejores años para solo llegar a una doceava parte de estos.

"Las llaves del mundo"....

¿Será usar el estado para controlar todo lo que se pueda?  Imaginemoslo asi, pero.... ¿Para que?

A veces pienso que en realidad utilizan su dinero para acceder al poder, siendo este último la forma más sencilla de conseguir más dinero.. pero, ¿Será así? ¿Será así de repugnante?

No encuentro conclusiones fiables que se acerquen más a lo que creo es la realidad que esta última, mal que me pese a mi, a vos y a cualquier militante que este leyendo esto. No diferencio partidos ni personas.

¿Para que querrían detentar más poder?

Quizá no se consuelen con la vida sencilla y cotidiana, quizá su propio EGO les reclame quedar en algún rincón perdido de la historia, o quizá, y volviendo al punto anterior, solo quieran el poder para hacer negocios. Bellos negocios. Inimaginables.

¿Ayudar al pueblo?¿Devolverle derechos a los que los perdieron?.. Déjense de joder!

El ser humano es por esencia egoísta. No hay mucho que se pueda hacer para cambiarlo.

¿Cambiarías tu tranquila vida por el poder solo para ayudar al pueblo?
¿Lo harías si no hubiera un oscuro negocio detrás?
¿Lo harías si te condenaran a ejercer y sufrir el poder sin recibir méritos por ello?.. Lo dudo bastante.

"Todo lo que hacemos lo hacemos para conseguir mujeres"

Lo dijo una vez un escritor laureado, yo le agregaría que también lo hacemos por guita.






viernes, 30 de enero de 2015

Inspiración y exhalación

No se porque me siento delante del teclado en este momento, quizá por el tiempo transcurrido desde mi último texto, quizá para probar si sentándome delante del monitor alguna musa inspiradora me arrebata alguna idea o vaya uno a saber por qué.
La cuestión es que me siento y punto.
Se me ocurre comenzar a hablar de algún tema relacionado a la inspiración, aunque quizá sea demasiado estúpido querer explicar algo que no me esta sucediendo en este momento.


El párrafo anterior es el comienzo de unos 7 posteos que intente hacer en el ultimo tiempo - tomemos por último tiempo, los últimos 8 meses- . Textos que no sabía bien adonde me conducirían pero que quizá traían una raíz temática anclada en la inspiración, o más bien, la falta de la misma. No se si será acertado - eso lo juzgarán ustedes- dejarlo como introducción del presente texto que intento construir.
La inspiración sigue sin aparecer. Ya ni siquiera recuerdo que es lo que me pasaba o lo que sentía cuando volcaba en el teclado las cosas que fui publicando desde el comienzo de este espacio.
Era algo extraño, como una chispa. Un pequeño rapto de lucidez. De repente no había nada y en un instante:  PAF! Una idea.


Con ese siguiente párrafo inicié otros 3 posteos que nunca fueron publicados, donde intenté analizar porqué el primer párrafo me condujo a intentar unas cuantas veces escribir algo que nunca terminó siendo plasmado. Como verán el segundo párrafo tampoco me condujo a nada, ni siquiera a un texto analítico de un primer párrafo escueto, vacío, insípido e inconcluso.
Y quizá este tercer párrafo, donde socarronamente intento analizar el análisis ya realizado en una segunda instancia sobre el primer texto inconcluso, tampoco me conduzca a nada, y tenga la necesidad de iniciar un cuarto párrafo analítico que intente describir el porque de esta cadena absurda al estilo cadáver exquisito que nunca, jamás, me lleva a buen puerto.

No soy escritor. No es esa mi profesión y creo que ni siquiera es algo a lo que pueda llamar un  hobbie. Más allá de la arista lúdica que tienen las actividades a las que declaramos hobbie o pasatiempo, traen tras de si un cierto perfume de profesionalismo. Nadie es completamente amateur - si se me permite una utilización poco ortodoxa del término - en algo que realiza asiduamente, aunque esa actividad no forme parte del corriente de sus días.
Quiero decir - con miedo de ser redundante en mis conceptos - que los pasatiempos nos otorgan de determinada manera y a veces en cuenta gotas el oficio para realizar esa actividad de una manera más sería, responsable y habitual. Nadie que juegue al fútbol de manera amateur desconoce en alguna pequeña escala el oficio de un deportista profesional, los yeites y mañas, las técnicas o perfeccionamientos. Tampoco nos pasa a los que interpretamos música. Un músico pasatiempista no alcanzará quizá el desarrollo creativo, intelectual y técnico de aquellos que han estudiado y perfeccionado tanto el lenguaje musical como su interpretación en algún instrumento, sin embargo, logra generar una gimnasia determinada para que con el correr de los días, los meses, los años y los ensayos, esa actividad crezca en su volumen conceptual asi como en la factibilidad de ser considerada correcta o profesional. Un vector fundamental de una vida.

Y digo - volviendo varias líneas atrás - que no puedo considerar a la escritura como un pasatiempo porque no me siento capacitado en ninguna escala para componer algo interesante - siempre siguiendo la huella conceptual de tomarla como una activdad lúdica- que no escape a estos breves y vacíos ensayos - te pido mil disculpas JLB - que tienen más de humor, análisis y auto-flagelo que de investigación, desarrollo y exposición de ideas.

Tengo ramas de esta disciplina que creo dominar con algo más de oficio que otras. Se me ocurre por caso los sonetos barrocos, que tanto placer me da escribir por su sencillez y redondez de rima. Casi como una pieza de museo que muchos miran y pocos disfrutan.
Podría también mencionar el género poema, o canción, y le faltaría el respeto sin ningún tipo de escrúpulo no solo a los que escriben y construyen verdaderas obras de arte si no también a los interpretes aficionados tan duchos en la tarea que cualquiera los confundiría con un escritor laureado.

Cientos de ideas de novelas, novelitas, cuentos cortos y largos que jamás prosperaron. Una historia en un neuro psiquiátrico, un grupo de pibes y un viaje al norte, una isla del pacífico incomunicada, un pueblo de Alemania que no sabe que terminó la segunda guerra, una familia conflictuada por su composición mixta y otra clase de estupideces. Nada. Ni un capítulo iniciado, ni un bosquejo que endulce la esperanza. ¿Como se escribe una novela?. Me genera desolación el solo pensarlo.

Conozco personas que prestan sus dedos a este tipo de espacios y han desarrollado un poder conceptual y una pluma tan prodigiosa que me anima a arriesgar que podrían trasnformar este pasatiempo en una actividad de tiempo completo. Amigos, conocidos, que atienden un kiosco o son secretarias de una psicóloga y que transforman un monitor repleto de caracteres en un carrusel de sensaciones, colores, perfumes y sonidos. Les tengo una profunda admiración, creo habérselos dicho, y estoy convencido de que siguiendo la ruta que llevan, el fin de su camino los tendrá más cerca de las editoriales que de la parada del 133.

Pienso. Tomo un sorbo de café. Cae la ficha.

No es casualidad. Por ahí viene quizá la punta de esta cuestión. Ellos se formaron en esta materia, ya sea de manera académica, de manera auto didáctica o asistiendo a un curso breve de literatura. El esfuerzo trae ese tipo de recompensas, y yo aunque quisiera, no tengo la intensión de formarme en la materia. Aunque para ser franco, si tengo la intensión de estar formado.
Alguna vez Alejandro Dolina dijo que la gente no quiere leer, sino haber leído. Es un vídeo que comparti hace poco en el muro de mi Facebook. Me pareció sumamente acertado e interesante.
Muchas veces nos evitamos el trago amargo del esfuerzo, quizá porque interponemos otras cosas, o quizá - y me inclino más hacia esta última - porque no encontramos el disfrute en el camino si no tan solo en alcanzar la meta.

La parte activa de la escritura se la dejaré a otros, apareceré por este espacio muy de vez en cuando - como lo hacen los zorros que sigilosamente merodean el gallinero - y seguiré disfrutando de la veta pasiva de la escritura. Me resulta mejor, me encuentro más ahí dentro y tengo una linda actividad para realizar antes de apagar el velador.

Por los impacientes que preguntaron mil y una veces que es lo que había pasado con este blog misógino y canalla, tienen ahi la respuesta. 7 inicios de post, 3 inicios adicionales, ninguna inspiración y este ensayito cómplice con aire de apócrifo.