miércoles, 4 de septiembre de 2013

Pelotuderías

Sin revisar el diccionario ni entrar a la web de la RAE puedo afirmar categóricamente que, muy a mi pesar, no existe en nuestro precioso idioma la palabra "Pelotudería". Error. Gravísimo error. Vacío legal de nuestro lenguaje.

Definámoslo entonces:

Pelotudería : s. comercio o bazar donde se compran pelotudeces.

Y ya que estamos, mal podríamos inteligir ese concepto sin definir este otro

Pelotudez : objeto innecesario, sin un uso concreto o evitable de ser adquirido.

Bien. Ahora que sabemos de que hablamos, podemos entender que es una pelotudería. Son aquellos bazares que encontramos por toda la ciudad donde se compran desde manteles individuales hasta adornos de escritorio, pasando por linternas que jamás utilizamos, floreros llamativos, tentadores juegos de mesa que no nos divierten, lapiceros extraños, vasos que se rompen facilmente, cubiertos con escudos de equipos de fútbol, insulsos porta retratos con marco de madera, punteros láser, sombreros que nos avergonzaría usar, biromes con felpudas pelotitas en la punta y cuadernillos A5 que nadie sabe para que sirven.

¿Para qué podría alguien querer estos objetos?

No se me ocurre una respuesta sensata. Son cosas que siempre, sin excepción, terminamos desechando o dejando tiradas en algún rincón de nuestra casa. Son objetos inútiles, en su gran mayoría. Nadie los necesita, nadie les da un uso concreto.

Pausa. Pienso.

¿Iría yo a comprar algo de esto directamente?. Está claro que no. Son cosas que compramos porque nos sorprendemos con ellas mientras buscamos otra cosa.

Ejemplo: entro a uno de estos locales en busca de una birome, doy algunas vueltas, miro las estanterías y anaqueles, y salgo con un cenicero, un mate de goma de esos que se dan vuelta, un florerito de plástico blando, un kit de maquillaje y un paquete de pilas AA. Y claro, sin la birome.

 En definitiva, son pelotudeces. Al igual que todos esos recuerdos de vacaciones que uno se trae de los viajes. Rdo. de Mar Chiquita dice un caracol pegado a un pedazo de madera. Uno no va a una tienda de recuerdos buscando precisamente eso. Uno está de paseo, se encuentra con esa pelotudez y la compra, vaya uno a saber movilizado por que impulso consumista, imaginando encontrarle algún destinatario al regresar a su casa.


Yo. Masculino, 25 años, recientemente recibido y ansioso por quemar mi sueldo en cerveza y rock and roll, no imagino ninguna situación que amerite ingresar a una pelotudería mientras repaso las vidrieras de ropa e instrumentos musicales.

Mi papa. Masculino, 57 años, dueño de una pequeña empresa y ansioso por gastar su dinero en viajes al exterior y vinos de alta gama, tampoco imagina eso.

Mi hermano. Masculino, 21 años, estudiante de una universidad pública, ansioso por gastar su dinero en botines nuevos y camisas con onda para salir a bolichear, tiene la misma reflexión.

¿Para quienes existen entonces las pelotuderías? ¿Quien es el público de estos comercios?.

No quiero sonar machista, por eso me ahorro la evidente respuesta de este interrogante y paso a la siguiente pregunta:

¿Para que compran todas estas pelotudeces?¿Son realmente adictas al consumo innecesario?¿ Sera una de las tantas formas que tiene el sistema de mantenerse vivo y rodando?¿Son responsables del crecimiento absurdo de las industrias chinas?

Igual. Saben que las queremos, no?.

2 comentarios:

  1. Hace poco entre a uno acompañando a una persona... que obviamente era una mujer. Eran vísperas del inefable Día del Niño, y el local rebalsaba de mujeres revolviendo pelotudeces que no necesitaban, es la naturaleza de dichos objetos, y acompañadas generalmente por señores en actitud de resignada abnegación, si es que eso se puede hacer. Yo mientras recorría los pasillos pensaba, porque hay que regalarle a un niño un producto de consumo, ya no un juguete... y peor, que mensaje se le da al niño cuando se le regala una pelotudez? No es mejor y mas valioso regalo un paseo, una experiencia nueva, un viaje, una lección disfrazada de divertimento??

    Por otro lado, pensaba en la pujante y avasallante industria y el imparable comercio de China. Ya nos conquistaron!! Como antes los españoles, los ingleses y los americanos... cada uno a su forma, pero somos unos nabos porque siempre caemos. China de ser un pedazo de barro pisado por trillones de chinos y osos panda, en los ultimos 20 años gracias a sus politicas y sus planes quinquenales peronistas bien craneados y ejecutados, se convirtieron en potencia mundial... les envidio mucho su red de autopistas, como la de USA, que los llevo a ser lideres mundiales del comercio.

    Finalizadas todas mis cavilaciones, tuve una pequeña disque discusión con mi amiga, y termine inclinando la balanza para que elija una pelota de fulbo para un bebe de 9 meses, y me fui conforme.

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  2. Es verdad, nunca nadie usa ni necesita nada de todo eso que venden ahí.
    Pero yo, minita, cuando entro te puedo llegar a justificar muy bien mi compra, tanto que hasta querrías llevarte otro igual de lo que compre yo.
    Claro que después, es muy probable que no lo usemos, pero esa es otra historia.
    Nosotras, yo por lo menos, entramos a esos lugares y nos creamos montones de necesidades que se sacian con la compra de dicha porquería.
    Supongo que tiene que ver con el cromosoma X.

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